Edificio de siete viviendas, Marqués de Pico Velasco 70, Madrid.
El proyecto se inserta en una parcela intersticial, de 10m de ancho por 40 de fondo, dentro de una trama residencial de ciudad jardín. También es singular la figura de planeamiento que la hace edificable, ya que permite reducir la separación a linderos a 3m, pero prohíbe en esos lienzos de hasta 30m de largo ventanas de estancias vivideras.
La respuesta a estas limitaciones se da desde dos ángulos: formalmente, se plantean llagas verticales que a modo de pequeños patios introducen ventanas oblicuas y otras a la separación de 4m estándar; y conceptualmente, se cuestiona la definición de estancia vividera mediante el diseño de distribuciones interiores fluidas en las que no es fácil delimitar cada estancia.
El resultado es un edificio apantallado y tallado, como un gran objeto escultórico al exterior, pero luminoso y rico espacialmente al interior.